Viajes solidarios que ayudan a practicar idiomas

El otro día cuando acudí a la visita anual con mi dentista en la clínica DENTAL MORANTE, Sergio, el profesional al que confío la salud de mi boca, me comentó que este año habían realizado un viaje solidario a Zimbabwe en el que arreglaron la sonrisa a más de 2.000 personas. También señaló que es una experiencia gratificante que te cambia la vida por completo y que te ayuda a crecer como persona y a practicar idiomas.

Mientras estaba en la camilla de la clínica me quedé pensando en la conversación que había tenido con mi dentista y por qué no podía animarme yo a vivir una experiencia inolvidable ayudando a otras personas.

El viaje hasta casa desde el dentista continúe con la divagación, yo quería mejorar mi inglés y tenía pensado acudir a una academia, pero hacer de voluntaria en un país de habla inglesa podría ser otra opción.

Tras varios días meditándolo concluí que no había grandes inconvenientes que me impidiesen comenzar la aventura, mientras que las ventajas eran múltiples: ayudar a terceros en su día a día, practicar y mejorar mi inglés de la mano de personas nativas, conocer diferentes culturas, visitar lugares a los que normalmente no podría acudir por falta de presupuesto, mejorar y crecer intelectualmente y como persona.

En mi búsqueda en Internet encontré que multitud de Organizaciones No Gubernamentales estaban buscando voluntarios y cooperantes para un montón de países. Pensaba que había que ofrecer unos conocimientos previos, como ser médico, enfermera o tener habilidades especiales, pero en verdad no con tus manos y corazón puedes hacer muchas cosas para ayudar a otras personas.

Además, en algunas ocasiones tenías que hacer una pequeña aportación a la causa por la que estaban luchando en el país de conflicto, pero en otras aun encima ibas a gastos pagados a la otra punta del planeta. Es decir, lógicamente no ibas a un hotel de lujo, ni en clase business, pero el vuelo corría a su cargo y una familia se encargaría de proporcionarte alimento y alojamiento. A mí personalmente me parecía abusar de su hospitalidad y generosidad, así como que pensé que el dinero que iba a invertirse en mi viaje podía emplearse en cosas mejores.

Así, me compré los vuelos con mis ahorros aunque decidí vivir en una familia de destino para poder vivir la experiencia al máximo y conocer la cultura del país en primera persona. Se me olvidaba deciros el destino, yo decidí ir a Jamaica, un país caribeño perteneciente a las Antillas Mayores de habla inglesa poco conocido salvo por ser la cuna del Reggae ya que Bob Marley nació en el pequeño pueblo llamado Nine Mile.

En este país según UNICEF un 43% de todos los pobres son niños y niñas, y la mayoría de ellos viven en zonas rurales. Este era mi cometido en Jamaica, estaba en una pequeña zona rural y tenía que ayudar a construir un colegio para que los niños pudiesen ir posteriormente a clase. No tenía conocimientos previos de construcción, como la mayoría de personas de la ONG, pero sí tenía ganas de aportar mi pequeño granito de arena.

Allí hacía de todo, cortaba madera para construir las mesas, ponía los ladrillos, transportaba los materiales… En definitiva, un poco de todo.

Mi experiencia fue maravillosa, así que si tenéis la oportunidad de hacer algo parecido no lo desaprovechéis. Ahora es duro decirlo, pero soy mucho más feliz y valoro mucho más lo que tengo, aprender idiomas se queda en segundo plano porque tan solo es una pequeña ventaja que te aportan este tipo de experiencias.

Por último, señalar que una de las grandes dudas que me asaltó en mi búsqueda previa fue cuál era la diferencia entre cooperante y voluntario, por lo que os la explico a continuación.

Diferencia entre cooperante y voluntario

La principal diferencia consiste en los voluntarios no tienen una relación contractual con la Organización No Gubernamental, mientras que los cooperantes sí son personas  contratadas atendiendo a la legislación laboral vigente.

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