Los idiomas es algo que siempre me ha gustado, pero que en su día no pude aprender porque en casa tocaba trabajar y a los 16 me tocó ponerme a ayudar en casa. Esta espinita pensaba que ya no me la quitaría nunca. El caso es que hace algo más de un año, me busqué la forma de montar una tienda de ropa infantil que siempre me había encantado. Aunque no sabía por dónde empezar, una compañera de trabajo en mi antiguo curro en la zapatería me dijo que a su hermana le ayudó bastante el
Grupo Reprepol. Miré en su página y me pareció interesante, por lo que les llamé. Muy amables me contaron en qué consistía y me vino genial, puesto que deseaba montar mi propia tienda y ellos te dan el espaldarazo que muchas veces tenemos algunos y que como no nos de nadie, es bastante probable que no nos decidamos nunca.