El verano pasado, con otras tres parejas, mi chico y yo alquilamos una casa con piscina en las afueras de Toledo, y la verdad es que fue un auténtico acierto. Porque un verano sin piscina, diga lo que se diga, ¡es algo impensable para nosotros! El chalet perdido en la sierra toledana era grande, moderno y cómodo. Además, constaba de todo lo necesario para pasar unas felices y relajantes vacaciones. Entre ello, estaba –por supuesto– la piscina, así como un espléndido spa. “¡Cacho piscina!”, nos exclamamos de hecho al verla. No pudimos en efecto disimular nuestro asombro y preguntamos al propietario dónde la había comprado. “En Piscinas DTP, una empresa líder en el sector de las piscinas prefabricadas de poliéster de la zona. El spa, también lo montaron los de la empresa. ¡Son unos cracks!”, nos contestó orgulloso y amablemente el buen hombre. Y hay que reconocer que la piscina era espectacular, no sólo debido a las dimensiones que presentaba sino también a su diseño. Éste era muy bonito y original, ¡nunca había visto algo similar! “¡Se llama Topacio!”, añadió el casero. “Bonito nombre. Distinguido y precioso…”, pensé. Le pegaba… En cuanto al spa, debo reconocer que nos llamó asimismo la atención, aunque no tanto como la piscina…
Nadando te olvidas de todo y te cuidas
Las vacaciones están pensadas para evadirse del cotidiano y relajarse, y francamente para mí, una de las actividades que más me permite llegar a ese estado de relajación extremo y bienestar integral es sin lugar a duda la natación. ¡Además, con el “caloret” se agradece dos veces más! Pues, nadar no sólo te permite refrescarte y pasártelo bomba con los amigos, sino que te permite asimismo guardar la línea y fortalecer tus músculos y –por muy extraño que te lo parezca– trabajar tu memoria y atención. ¿Cómo? A través de la concentración y coordinación de tus movimientos. Te vuelves en efecto más alerta/o, más firme y tonificada/o puesto que nadando quemas calorías al trabajar tus músculos el doble que sobre la tierra firme. Con ello, adquieres más equilibrio, movilidad y elasticidad a la vez que tu sistema inmunitario se vuelve más resistente, que mejora tu circulación, etc. Y para la mente, la natación es lo idóneo. Pues, te olvidas de todo. ¡Vaya que nadar es súper bueno para cualquier cosa y a todas las edades!
Personalmente, no concibo un verano sin piscina. De hecho, siempre he preferido nadar en piscina que en el mar o en el río. Te evitas así muchos problemas, peligros y molestias propios a los lugares en los que la muchedumbre y las dimensiones son importantes. Para mí, las vacaciones consisten en pasármelo bien con mi gente y mi chico desconectando por completo del cotidiano. Por ello, alquilamos este fantástico chalet con piscina en las afueras de Toledo, un lugar que nos permitió disfrutar a tope de unos días de descanso bien merecidos después de un año de intenso trabajo. Francamente, si un día puedo permitirme el lujo de tener una piscina privada en casa, no dudaré en contactar al equipo altamente cualificado en el diseño, construcción e instalación de piscinas de fibra de poliéster, de la empresa toledana Piscinas DTP. Se ocupan de todo y de la mejor manera posible, no por nada, ¡creo yo!, aparte de trabajar a nivel nacional, también lo hacen de manera internacional, puesto que disponen de una amplia red de venta de piscinas de poliéster también en Francia, Portugal y Marruecos. Y bueno, tal y como nos lo especificó el propietario, todos los vecinos de la zona, desde que habían visto la suya, no habían dudado en contactar a la misma empresa para la compra e instalación de unas piscinas en sus chalets. ¡Por algo sería! Pues, parece que ellos son los que, en lo referente a la relación-precio, proponen la mejor opción. En fin… Dicho esto, ya me queda poco para poder disfrutar de nuevo este año de unos días de vacaciones. ¿Y sabéis dónde hemos decidido mi chico, unos cuantos amigos y yo veranear este mes de agosto? A ver si lo adivináis… Bueno, creo que ya tendréis una pequeña idea… ¿Verdad? ¿O no?