Hacerse mayor no implica dejar de aprender. Al contrario, a medida que cumplimos años, esa necesidad de conocimiento, puede convertirse en todo un reto. Aprender es algo inherente al ser humano. No importa la edad ni la condición, de todo se puede (más bien, se debe) aprender y a todo se puede aprender. En función de las condiciones y circunstancias de cada individuo, ese aprendizaje será más fácil o complicado. Sin embargo, a pesar de las dificultades que pueda conllevar, adquirir conocimientos, una vez se alcanza la tercera edad, es más que saludable.
Desde la Residencia Nuestra Señora del Rosario, residencia de ancianos especializados en sus cuidados y necesidades con servicio de ayuda a domicilio para personas mayores en Valladolid, nos cuentan la importancia y necesidad de que los mayores, sigan manteniendo activa la mente. Una de las mejores maneras de hacerlo, es presentándoles cursos de todo tipo, adaptados a sus capacidades: desde informática hasta historia del arte, pasando por un sinfín de materias y tipologías. Entre las diversas formaciones que pueden realizar los mayores, una de las que mayor relevancia tiene, junto a la informática, es el aprendizaje de idiomas.
Pese a que el ligero declive de la neuroplasticidad se va haciendo notar cuantos más años cumplimos, el estudio de las diferentes lenguas y la inmensa variedad de formas que existen para hacerlo, hacen prácticamente inevitable, el no aprender idiomas. No importa la edad ni la condición, existen todo tipo de recursos, adaptados a cada necesidad y grado de conocimiento.
Internet (de ahí la importancia de la informática en la tercera edad), se encuentra plagada de recursos para estudiar y aprender idiomas de manera cómoda. Aplicaciones o profesores, cursos para iniciarse en la lengua o para avanzar en el conocimiento del idioma. Todo es bienvenido. Desde profesores particulares a domicilio, hasta clases online o en grupo. Aprender un idioma no solo consiste en la adquisición de los conocimientos, contribuye a retrasar los efectos iniciales que preceden a la demencia y favorecen de manera notable a llevar una vida activa y social más saludable. Conocer idiomas, hace posible comunicarse con personas de otras partes del mundo e incluso, puede convertirse en la excusa perfecta para viajar.
Importancia de los idiomas
Saber expresarse y hablar en otras lenguas es cada vez más esencial en nuestra sociedad. Vivimos en mundo cada vez más globalizado en el que, la barrera idiomática se diluye cada vez más. Los idiomas se mezclan tanto como las propias culturas, razón por la que es necesario tener los conocimientos necesarios para poder entenderse. En este sentido, la juventud, lo tiene más fácil puesto que ya se incluye en su formación académica ese aprendizaje de otro idioma. Para nuestros mayores, no existió dicha posibilidad cuando eran jóvenes, pero nunca es tarde si la dicha es buena y el saber, no ocupa lugar.
¿Qué mejor momento que el de la jubilación para dedicarse de lleno a la formación? Con todo el tiempo libre para ocuparlo en cosas más lúdicas y con menos responsabilidad, aprender un idioma, es más sencillo a ciertas edades. Si bien es posible que cueste más afianzar los conocimientos y asimilar algunos conceptos, nada es imposible y, aprender idiomas, tampoco.
Sabemos de sobra que la neuroplasticidad se va perdiendo con el paso de los años y que el mejor momento para aprender, son esas primeras etapas de la vida. Sin embargo, a la hora de aprender un idioma en la tercera edad, no solo es algo productivo, es más que beneficioso. Aprender un idioma es casi siempre un desafío. Si los juegos para mantener activo el cerebro como puzles o crucigramas, ayudan a que el deterioro cognitivo se retrase y ayudan a combatir los citados efectos iniciales de la demencia u otro tipo de patologías que afecten al desarrollo cognitivo, el aprendizaje de otra lengua, lo es por igual.
A quienes estudian idiomas, se les abre un nuevo mundo. Tratándose de una experiencia enriquecedora que abre las puertas a una nueva cultura, nunca es tarde para adentrarse en esta aventura. Aprender un idioma, es la ocasión perfecta para conectar con personas de otras partes del planeta y viajar.
Además de que debemos tener presente que vivimos en un país plurilingüe y multicultural en el que muchos de nuestros mayores, hablan al menos dos lenguas de origen. En residencias de comunidades como Guipúzcoa o Vigo, es fácil encontrarse que prefieren comunicarse entre ellos, en euskera o gallego.
Debemos considerar que los idiomas son importantes, cada vez más, en cualquier etapa de la vida y, por supuesto, en la tercera edad, pues nuestros mayores también tienen la necesidad y el derecho de entender lo que pasa en el entorno. Es fácil encontrarse barreras lingüísticas en muchos momentos, debido a esa pluralidad idiomática. Las jergas o las fusiones idiomáticas pueden hacer imposible la comprensión de lo que leemos o escuchamos para los más jóvenes por lo que no debemos olvidar que a los más mayores, les ocurre lo mismo y, a mayor escala.
Proporcionar las herramientas y recursos necesarios para que los mayores tengan acceso al aprendizaje de otros idiomas es tan fundamental como hacer que muestren interés por aprenderlo. Aunque nos parezca imposible, no lo es. Solo tenemos que observar como la mayoría de nuestros mayores, hacen uso de los teléfonos móviles y la tecnología más puntera sin problema. Puede que alguno se resista o le cueste más, a buen seguro que no utilizarán todas las posibilidades de un Iphone con la soltura de un chaval de quince años, pero lo cierto es que se defienden perfectamente en el medio digital, si les proporcionas la formación necesaria. Con los idiomas, ocurre lo mismo. No por ser mayor, se anula la capacidad de aprender. Al contrario, esa capacidad se puede desarrollar.
Beneficios de aprender idiomas en la tercera edad
Indudablemente, aprender idiomas conlleva una serie de beneficios de gran interés. Pese a la errónea creencia de que se trata de algo poco realista o complicado, aprender idiomas es factible para los más mayores. Evidentemente, este sector de la población, puede tener algunas dificultades o presentar alguna desventaja a la hora de aprender nuevos idiomas, pero también, cuentan con sus propias ventajas.
Aprender un idioma no es imposible aunque si es cierto que, a medida que cumplimos años, resulta más complicado. Esa mayor dificultad para aprender una lengua y recordar lo aprendido no es producto de nuestra imaginación, es algo real. Esto se debe en gran medida a la plasticidad cerebral que es mayor en los niños pequeños y disminuye en la edad adulta.
Para comprender porque sucede esto, debemos entender que es eso de la plasticidad cerebral o neuronal. Por lo tanto, hay que saber que, dicha plasticidad se basa en la capacidad que posee el cerebro para la formación de nuevas conexiones sinápticas y reestructurar las existentes. Esto se traduce en que el aprendizaje de algo nuevo, hace que se creen nuevas neuronas y nuevas conexiones entre las neuronas existentes. A estas conexiones, se las conoce como sinapsis neuronal y es la que hace posible la transmisión de la información entre neuronas.
Es mediante el aprendizaje que estas conexiones van cambiando, fortaleciéndose, creando las nuevas o debilitándose. Todos estos continuos cambios, constituyen la plasticidad neuronal y se trata de un proceso que no deja de llevarse a cabo en el cerebro humano. Aun así, el mismo proceso, se va debilitando con el paso de los años, siendo la infancia el momento en el que la capacidad de regeneración y creación de esa red, es más alta. Razón por la que la mejor edad para aprender idiomas, es la infancia.
Siendo así, no resulta imposible aprender idiomas en la tercera edad, puede ser algo más complicado en algunos casos pero, las ventajas con las que cuentan los mayores son otras. Por ejemplo, estudiar idiomas requiere dedicación, ellos disponen de más tiempo libre para dedicar al aprendizaje. Poseen también un vocabulario mayor y más rico, algo que puede implicar una gran ventaja. A mayor vocabulario mejor procesará el cerebro el aprendizaje. Así mismo, la experiencia que concede la edad, puede ayudar a conceder mayor capacidad para entender nuevas situaciones y contextos facilitando la comprensión de un nuevo idioma.
Entre los beneficios más destacables que puede aportar el aprendizaje de un idioma para los mayores, encontramos los siguientes:
- Grandes beneficios a nivel cerebral, entre los que cabe destacar una mejora en la capacidad de concentración y la atención. Así como mejora el desarrollo intelectual y fortalece la memoria.
- Ayuda a mantener desarrollado el sentido del oído, gracias a la necesaria asimilación de nuevos sonidos.
- Hace trabajar las funciones ejecutivas: debe preparara su material para aprender como los apuntes, el cuaderno, bolígrafo, hacer las tareas o planificar las clases, etc.
- Evidentemente, al aprender idiomas, te adentras en una nueva cultura, lo que ayuda a comprender la manera de pensar, sentir y ser de las personas que lo hablan.
- Abre un abanico de opciones meramente lúdicas: conocer otros idiomas, invita a realizar viajes a otros países y poder entenderse con los residentes, la música o asistir a eventos de todo tipo que, de no conocer el idioma, no se pueden disfrutar plenamente.