Deberíamos viajar más y así se nos quitarían los prejuicios sobre nuestros propios vecinos de la Unión Europea. Esto lo he podido comprobar con un compañero rumano que vino hace pocos meses a trabajar en nuestro taller de automóviles.
Desconfianza en los inicios
Nuestro jefe después de decir a cuatro candidatos en el último mes que no había vacantes, un buen día nos dijo que entraría un nuevo chico a trabajar con nosotros. La sorpresa llegó cuando nos dijo que se llamaba Tudor, era rumano y no sabía demasiado español.
La primera reacción fue sonreírnos al llamarse como las míticas pilas tudor con las que la mayoría de niños españoles tuvieron contacto en la década de los 80. Después de esa simpática reacción seguimos con nuestro trabajo como si nada hasta la hora del bocadillo.
Ninguno teníamos nada en contra de tener más ayuda, pero que el socio de tu jefe por hacer un favor a la mujer de este (era familiar) meta a un chico que no solo tiene pocos conocimientos, sino que no sabía hablar prácticamente español podía ser más un problema que una ayuda.
El lunes siguiente se presentó con una sonrisa y muy educado nos saludó a todos. Aunque estábamos con la mosca detrás de la oreja,5 meses después se puede decir que está totalmente integrado. Habla español de manera increíble para solo llevar meses en nuestro país y es un currante que ha aprendido rápido y no se le caen los anillos cuando hay que currar duro o hay que ayudar a algún compañero cuando las cargas de trabajo son altas.
Cuando dio de verdad la talla y nos demostró que nos equivocamos al juzgarle fue cuando tuvo que gestionar el pedido de una máquina de limpieza por ultrasonidos. El jefe pidió a Tierratech, empresa sobradamente conocida en el sector, una máquina para limpiar la maquinaria que tenemos en el taller, algo que hicieron a la perfección.
Las instrucciones eran claras, pero debíamos hacer el pedido de una máquina muy específica, la cual es capaz de limpiar hasta las zonas más escondidas de la maquinaria que utilizamos a diario en él taller. Este tipo de máquinas de Tierratech lo que hacen es ahorrarnos un montón de trabajo y llegar hasta donde bien no llegamos o no tendríamos tiempo.
Lo que no nos esperábamos es que con solo dos meses trabajando cumpliera todas las órdenes a la perfección y encima procediese a limpiar el resto del taller.
La gente a veces te sorprende
Como decía al principio muchas veces juzgamos a la gente sin conocerla y puede sorprendernos, de hecho, trabaja como el que más y siempre está dispuesto a echarnos una mano. El idioma que al principio pensamos que sería una barrera, ha resultado serlo durante el primer mes o mes y medio, después ha sido una máquina de aprender el idioma.
No solo le daba tiempo a aprender español, además casi nos ha enseñado palabras útiles y no tanto de su idioma. Es sorprendente la cantidad de palabras semejantes que existen entre los dos idiomas y que sinceramente desconocíamos. Ahora nos queda que nos invite a una parrillada de las que hacen en su tierra, nos ha dicho que están muy buenas así que esperamos lo mejor.
Como podéis imaginar ahora nadie protesta y nos hemos dado cuenta que no era más que una persona que tenía ganas de ganarse el pan como nosotros y nos ha enseñado muchas cosas. Los prejuicios se curan viajando…